DAO no es una cafetería ni un taller de barismo. Es un proyecto sensorial que nace del deseo de volver a conectar con el café desde la intimidad, el recuerdo y la conversación.

Creado por José Li, sociólogo y barista con cinco años de experiencia en High Coffee, y Adriana Mon, fotógrafa y gestora cultural, DAO propone un formato itinerante que se aleja del modelo comercial para ofrecer sesiones en las que el café se convierte en un catalizador de memorias, sentidos y emociones.

La propuesta comenzó a planearse en 2023 y este año la han hecho realidad en espacios tan diversos como galerías o cervecerías.
Su experiencia base, El despertar de los sentidos, se aleja de las catas tradicionales. En grupos reducidos —máximo cuatro personas—, cada encuentro se convierte en una sobremesa guiada donde los aromas evocan recuerdos personales y los sabores abren espacio a conversaciones íntimas. No se trata de mostrar conocimientos técnicos ni de medir el café por su puntaje: la idea es que cualquier persona, con o sin experiencia previa, pueda vivir el café como un gesto de atención plena. “Antes de abrir un local, queríamos abrir una conversación”, explica Adriana.
Y agrega: “Acompañar. Educar sin imponer”.
DAO es una invitación a detenerse, a mirar la taza con nuevos ojos, a oler con intención, a conversar sin prisa. Porque en ese gesto simple —servir café y escuchar— puede comenzar una pequeña revolución. La sesión inició identificando cafés recién molidos por su aroma. En un juego armónico, el proceso sigue con preparaciones en V60 y Chemex, alternando con degustación de frutas como la sandía o el melón; chocolate, y hasta rosas. Puede parecer una experiencia solo lúdica, pero en verdad es una oportunidad para identificar sabores excepcionales y confrontar tu memoria.

Participar de esta experiencia -el pasado fin de semana- fue mucho más que una pausa del ruido limeño, las urgencias cotidianas y la tiranía del celular. Fue una invitación a habitar el momento, a descubrir matices en la taza que suelen pasar desapercibidos. Aromas nuevos, sabores sutiles, memorias activadas. La conversación con José y Adriana fluye entre risas, preguntas y complicidades.

DAO planes dos ediciones especiales este año: Origen Perú, con cafés poco usuales en Lima, y Cafés del mundo, que reunirá orígenes internacionales para ampliar el horizonte sensorial del público local. En ambas, la puesta en escena es parte esencial: música, luz, vajilla, temperatura y ritmo están diseñados para estimular todos los sentidos. Adriana y José trabajan cada sesión como una obra efímera, donde la técnica del barismo se une con la narrativa emocional y la hospitalidad consciente.

DAO no busca formar expertos, sino despertar curiosidad. Para José, el verdadero reto es construir una cultura cafetera sin elitismos ni solemnidades. “El café es un hecho social. Las buenas cafeterías construyen comunidad. Y la comunidad se construye escuchando, no impresionando”.
DAO es, en el fondo, una invitación a detenerse. A mirar la taza con atención. A servir sin prisa. A hacer del café un lugar de encuentro, y no solo una bebida de paso.
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