20 de junio de 2025
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Fanny Ayala: el alma peruana detrás del café en Madrid

Cuando le preguntan qué siente al representar al café peruano en España, Fanny se emociona. “Wow. Orgullo, compromiso". Foto: Belén Gamarra.
Cuando le preguntan qué siente al representar al café peruano en España, Fanny se emociona. “Wow. Orgullo, compromiso». Foto: Belén Romero.

En el año 2006, Fanny Ayala abrió una pequeña cafetería en Madrid sin imaginar que se convertiría en un puente entre Perú y España. La llamó Oso y Madroño Coffee, en honor al símbolo de la capital española, y desde entonces —con sencillez, hospitalidad y mucha constancia— ha mantenido su refugio contra viento y marea. Lo que no imaginaba Fanny era que, años más tarde, convertiría ese rincón en una ventana para el café de su país.

“Al inicio servíamos cafés comerciales de Colombia y Brasil. El café peruano era casi inexistente aquí, y conseguirlo era todo un reto”, recuerda Fanny, quien creció en Mala, al sur de Lima. Llegó a España hace 20 años, y desde entonces no dejó de capacitarse en busca de la excelencia.

EL COMIENZO

En cada viaje a Perú llevaba algunos kilos de café, los compartía con sus clientes y observaba con atención sus reacciones. Fue así, poco a poco, que el café peruano empezó a conquistar Madrid.

La verdadera consolidación llegó en 2015, cuando pudo contar con café de especialidad peruano de manera constante. Y en 2021, al abrir su segundo local, Oso Café, Fanny no solo dio un paso hacia la expansión, sino hacia su sueño: tener un espacio dedicado al café con identidad, con tostador propio y una clara apuesta por la trazabilidad. “Tratamos el café con mucho amor y atención. Lo tostamos en función del beneficio, del origen, del perfil”, explica con orgullo.

Hoy, en Oso Café, se sirven cafés del norte, centro y sur del Perú: de San Ignacio, Villa Rica, Chanchamayo, Quillabamba e Incahuasi. “El café peruano ha pasado de ser desconocido a ser valorado, querido y respetado”, afirma. Su cafetería se ha convertido en un espacio donde no solo se prepara café, sino donde se cuenta una historia, se educa, se guía al cliente y se celebra una herencia cultural. Durante las sesiones fotográficas, Belén Gamarra -nuestra colaboradora en Madrid- encontró café de Finca Artemira (San Ignacio), de nuestro amigo Ebert Huamán.

Café peruano para Madrid. Foto: Belén Romero.

«Ella no es solo una gran persona. Es una gran cliente. Ha estado en la finca con nosotros», me cuenta Ebert.

En la puerta de Oso Café. Foto: Belén Romero.

Tuve la suerte de conocer a Fanny hace algunos años, nos tomamos varios cafés juntas y ver su crecimiento me llena de alegría. Fanny es una persona amabílisima, sencilla, solidaria y no pierde la humildad. Admiro su inquietud, su curiosidad por aprender, lo estricta que es a la hora de seleccionar los mejores productos y esa capacidad de conectar con la gente.

En el laboratorio. Foto: Belén Romero.

En este proyecto de vida la acompañan su esposo y su hermano.

Compromiso, pasión y dedicación. Foto: Belén Romero.

Un rincón con alma

Lista para atender a los clientes. Foto: Belén Romero.

Fanny define a Oso y Madroño como “un lugar sencillo, amable y de calidad”, mientras que Oso Café representa su lado más técnico y comprometido con el café de especialidad. Allí se tuestan los granos, se elaboran bebidas frías y calientes, y se venden cafés en grano o molido. “Siempre hay café del Perú como primera opción, además de repostería, tostadas, sánguches y, por supuesto, Pisco Sour”, cuenta entre sonrisas a nuestra colaboradora Belén Romero, quien retrató a Fanny en sus dos espacios. En su barra hay espresso bar, métodos diversos como V60, Chemex, Origami y la cafetera peruana Mupeco, creación de Rolando Ruiz. Y está la cafetera gota a gota, la clásica cafetera de La Abuela.

¿Cómo olvidar la cafetera en la que te preparó tu primer café tu mamá? Foto: Belén Romero.

Y aunque el mundo del café se ha diversificado con matcha, té chai, cúrcuma y cacao, para Fanny el café sigue siendo el centro. “No creo que el consumidor haya cambiado. Solo tiene más alternativas”, dice con la serenidad de quien lleva casi dos décadas aprendiendo detrás de una barra.

LA MUPECO EN MADRID

Nuestra fotógrafa y los clientes españoles fijaron la atención en la MUPECO, la cafetera peruana que a veces no es tan valorada en Perú. De la curiosidad pasaron al disfrute. ¿Cómo llegó la MUPECO hasta aquí?

LA MUPECO es parte de la barra de métodos. Foto: Belén Romero.

«En 2023, durante una visita a la cafetería de Francisco García Zubiate, fundador de MASTER COFFEE, recibí un regalo inesperado: una curiosa cafetera artesanal que, según él, “me iba a sorprender”. Y así fue. Me contó la historia detrás de su origen: Rolando Ruíz Loayza, tostador y asesor de café, visitó una finca en Chanchamayo y quiso preparar café, pero no había cafetera, algo común en muchas zonas cafetaleras. Entonces improvisó: partió una naranja por la mitad, le hizo unos agujeros y la convirtió en un filtro. De esa necesidad nació una idea brillante. Con el tiempo, Rolando la perfeccionó en cerámica y así nació la MUPECO, la primera cafetera 100 % peruana». Esta historia la cuenta a sus visitantes, quienes no solo quieren escuchar lo que ya parece leyenda sino que probar el resultado. Y la opinión unánime es de sorpresa: una buena taza, con cuerpo y aromas muy nítidos.

La hora de la MUPECO. Foto: Belén Romero.

«El año pasado, llevé la MUPECO a Madrid Fusión, donde participo desde hace años promoviendo la cultura del café peruano. Entre métodos clásicos como la moka italiana o la prensa francesa, presenté con orgullo esta invención nacional, versátil y sencilla, que permite preparar café por goteo o filtrado. La MUPECO despertó curiosidad y admiración: no solo por su funcionalidad, sino por la historia que lleva consigo. Hoy, en OSO CAFÉ, la tenemos disponible para todos los que deseen disfrutar de un café peruano con identidad, ingenio y sabor», relata Fanny.

La embajadora silenciosa

Cuando le preguntan qué siente al representar al café peruano en España, Fanny se emociona. “Wow. Orgullo, compromiso. Siempre creí en la calidad del café peruano. Ver su evolución me llena el alma”, responde. Y lo dice con conocimiento de causa: ha recorrido fincas, conversado con caficultores, visto las cosechas y comprendido que el café peruano es también un acto de gratitud con la tierra.

Oso Café, su segundo local en Madrid, confirma la consolidación de la propuesta. Foto: Belén Romero.

“Cada viaje me enseña algo nuevo. Me conmueve ver el respeto por la naturaleza, las costumbres únicas de cada región. Todo eso lo transmito en cada taza que servimos en Oso Café”, confiesa.

Fanny no solo vende café. Fanny narra el Perú en cada bebida. Y con cada sorbo, sus clientes beben también una historia de esfuerzo, raíces y esperanza. Tiene orígenes de diversas partes del mundo, pero el Perú tiene un lugar privilegiado.

Sigue a la cafetería en Instagram aquí o aquí

Locales: Calle doce de octubre 16, Madrid. / Más en https://osocafeshop.com/shop


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