Un reciente estudio científico advierte sobre una posible relación entre el consumo habitual de café instantáneo y el desarrollo de degeneración macular relacionada con la edad (DMAE), una enfermedad que compromete la visión central en adultos mayores.
El trabajo fue liderado por un equipo de investigadores de la Universidad Médica de Hubei, en China, y publicado en la revista Food Science & Nutrition. A través del análisis genético de más de 500,000 personas del Biobanco del Reino Unido, los científicos detectaron una correlación estadísticamente significativa entre la preferencia genética por el café instantáneo y un mayor riesgo de desarrollar DMAE seca, la forma más común de esta afección ocular.
¿Qué es la DMAE?
La degeneración macular relacionada con la edad afecta la parte central de la retina (mácula) y es una de las principales causas de pérdida visual severa en el mundo. Se presenta en dos variantes:
- DMAE seca: progresiva, más común, causada por acumulación de residuos en la mácula.
- DMAE húmeda: menos frecuente, de evolución rápida, asociada a crecimiento anormal de vasos sanguíneos.
Ambas formas deterioran funciones como la lectura o el reconocimiento facial, aunque no provocan ceguera total.
¿Qué tiene el café instantáneo?
El café instantáneo contiene sustancias que se generan durante su procesamiento industrial. El estudio sugiere que compuestos como la acrilamida, los lípidos oxidados y otros residuos químicos podrían provocar estrés oxidativo e inflamación ocular, factores que influyen en el desarrollo de enfermedades degenerativas como la DMAE.
Limitaciones del estudio
- El análisis se basó en poblaciones europeas, por lo que los resultados no pueden generalizarse automáticamente a otras regiones del mundo.
- No se estableció una relación causal directa, sino una asociación genética que debe explorarse con más profundidad.
A pesar de estas limitaciones, los investigadores subrayan la importancia de considerar el tipo de café que se consume y llaman a realizar más estudios que incluyan poblaciones diversas.
Los expertos sostienen que es fundamental identificar los componentes nocivos del café instantáneo y otros tipos de café para reducir su contenido.
Puedes leer el estudio aquí.
Debemos tener en cuenta que hay muchos estudios contra el café instantáneo, pero no son concluyentes.
El café instantáneo, si bien es práctico y accesible, presenta características que lo diferencian notablemente del café molido o filtrado en cuanto a su composición química. Diversos estudios han demostrado que este tipo de café contiene niveles significativamente más altos de acrilamida, una sustancia que se forma durante el proceso de tostado y deshidratación y que ha sido clasificada como posible carcinógeno por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC).
Además, durante su elaboración industrial, pueden generarse compuestos como productos de glicación avanzada (AGEs) y lípidos oxidados, los cuales están vinculados al estrés oxidativo y procesos inflamatorios en el organismo.
Análisis de laboratorio han identificado la presencia de metales pesados y contaminantes como arsénico, plomo y cromo en algunas muestras de café instantáneo, aunque dentro de los límites legales. También se ha observado que este tipo de café puede interferir con la absorción de hierro no hemo, lo que podría ser un factor de riesgo en personas con predisposición a la anemia. En contraste, el café filtrado conserva una mayor concentración de antioxidantes naturales como el ácido clorogénico, los cuales se asocian a beneficios para la salud metabólica y cardiovascular. Por estas razones, muchos expertos recomiendan optar por cafés menos procesados y con mayor trazabilidad en su origen.
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