12 de junio de 2025
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Anggela Sara: “Queremos que nos escuchen por lo que sabemos, no por ser mujeres”

Anggela Sara, CEO DE IMSA y organizadora del Girlsplaining Coffee.
Anggela Sara, CEO DE IMSA y organizadora del Girlsplaining Coffee. Foto: Arián Onaga.

A pesar del miedo a la lluvia, el cielo fue cómplice. Ese día, más de 200 personas —muchas llegaron desde Villa Rica, Cajamarca, Puno o Jaén— se reunieron en Lima para el evento anual de Girlsplaining Coffee. No fue casualidad, fue movimiento. Fue voz. Fue cuerpo. Fue resistencia.

“Para mí fue sumamente conmovedor. Hasta ahora no termino de encajar todo lo que sentí esos días”, dice Anggela Sara, a quien todos conocen como Ggela. “Ver llegar a tanta gente desde distintos puntos del país, con sus historias, sus ganas de aprender, con cuadernos en mano, tomando nota de cada ponencia… fue hermoso”.

La Barra de Todas permitió compartir café, experiencias y una historia con propósito. Foto: Arián Onaga.

No hubo estrategia de marketing ni grandes campañas. La convocatoria fue completamente orgánica. Las entradas se agotaron rápido. “No hicimos mucho ruido. Simplemente se llenó. Éramos 200 ahí, apretados, compartiendo café, historias y dudas reales. Todo fluyó tan bonito», dice Sara .

LA VERDADERA Y REAL PARIDAD

A diferencia de otros eventos, Girlsplaining Coffee no giró en torno a la victimización. Ggela lo explica sin rodeos: “No hablamos de lo difícil que es ser mujer en la industria. Eso ya lo sabemos. Hablamos de café: de costos, de storytelling, de sostenibilidad”. Las protagonistas eran mujeres, sí, pero estaban ahí por lo que sabían hacer: “Habló una economista, una catadora, una productora, una empresaria. No se trataba de que fueran mujeres, sino de que fueran las mejores en lo que hacen”.

La nueva generación estuvo presente: “Estas jóvenes no están abriendo cafeterías para hacer dibujitos con leche. Quieren contar historias. Quieren que conozcas a su productor. Quieren que entiendas por qué sube el precio del café y que no es porque te estén engañando, sino porque hay una crisis y todo somos parte de ello”.

Las mujeres -en el Perú, en otros países productores y en el mundo entero- ya se cansaron de estar en segundo plano, mal pagadas, no escuchadas, no siendo representadas.

Girlsplaining Coffee ya no es solo Lima. Este año, una de sus ponentes viajó a Villa Rica para un taller, llevando conocimiento a nuevos públicos.

Pero la historia también huele a resistencia estructural. “Hay cafeterías donde las mujeres no pueden ir a estos eventos. Donde los hombres siguen siendo los protagonistas hasta en eventos de mujeres. Donde las chicas se tienen que escapar para asistir. Me lo han dicho. Me lo han contado”, afirma la CEO de IMSA.

No esperes que Ggela se quede callada: «El 8 de marzo todos publican frases y banderas. Pero cuando realmente tienen que ceder el espacio, permitir que ellas sean la cara, ahí desaparecen”.

Ggela está convencida de que el cambio real empieza por reconocer el valor profesional: “Yo no quiero que me inviten a hablar de mujeres en el café solo porque soy mujer. Quiero que me inviten porque soy CEO de una empresa de 40 años, porque lidero un equipo de 30 personas, porque soy especialista en gestión de cooperativas y planes estratégicos. Ese es mi trabajo real”.

El evento regresará el próximo año con más fuerza y la misma esencia. Foto: Arián Onaga.

La paridad, insiste, no se pide desde el lugar de la que espera ser llamada, sino desde la experiencia ganada. Y aquí lo dice bien claro: “Si vas a armar un panel, pregúntate por qué todos los invitados son hombres. ¿No hay mujeres expertas en esta industria? ¡Claro que las hay! Solo hay que dejar de invitar a los mismos de siempre”.

Girlsplaining Coffee duplicó su aforo este año y promete crecer aún más. El evento regresará con más fuerza y con la misma esencia: visibilidad real. «Estamos hablando. Estamos señalando. Y estamos haciendo”, subraya.

Las redes sociales, asegura, han sido fundamentales: “Nos han dado una plataforma. Ya no tenemos que esperar. Ahora podemos decir lo que vemos, lo que sentimos, lo que vivimos”.

La conversación con Ggela no es solo una entrevista. Es un llamado a mirar la industria del café desde otro ángulo. Uno que no pida permiso, que no se acomode, que no calle: “No quiero que me escuchen porque soy mujer. Quiero que me escuchen por lo que sé hacer”.

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